
Los cuerpos celestes pequeños, como los cometas o los planetas enanos, pueden tener a veces formas extrañas. Basta con mirar a ‘Oumuamua, ese visitante interestelar cuya extraña y alargada forma suscitó infinitas teorías a su paso por nuestro sistema solar.
Entonces, ¿qué es lo que impide que las lunas grandes, los planetas o incluso las estrellas tengan no sólo todos los tamaños, sino todas las formas? ¿Por qué la naturaleza está obsesionada con todo lo redondo? ¿Hay otras formas en el espacio?

Un asunto de gravedad
El peso es la fuerza que nos mantiene en nuestro planeta, atrayéndonos poderosamente hacia su centro. Este peso surge de la interacción de la masa con la gravedad. Y la gravedad tiene el mismo efecto sobre todo lo que flota en el cosmos, siempre que sea lo suficientemente grande.
Todos los objetos del Universo están sometidos a su propia fuerza de gravedad. Es una de las fuerzas fundamentales de nuestro Universo.
Para los objetos de tamaño superior a una quinta parte del de la Tierra, la gravedad (en lugar de las fuerzas electrostáticas, por ejemplo) será la fuerza dominante que determine su forma.
Cuando la gravedad atrae la materia hacia otra materia, se forma una esfera. ¿Por qué? Sólo una esfera permite que todos los puntos de su superficie estén a la misma distancia del centro, de modo que ninguna parte del objeto puede seguir “cayendo” hacia su centro.
Curvando el universo, el tiempo y el espacio
Sin importar en qué lugar del universo estés, la gravedad sigue tirando. Con el tiempo, incluso las montañas más altas de la Tierra acabarían siendo arrasadas por su fuerza, en ausencia de otros procesos que estén constantemente elevándolas.
La gravedad de los objetos de nuestro Universo, como Júpiter, no sólo atrae la materia, sino que también puede curvar la luz. La curvatura de la gravedad se produce en todas partes, en escalas que van desde cuerpos planetarios hasta cúmulos de galaxias.
En estos cúmulos de galaxias la curvatura es mayor de lo que cabría esperar de la materia que podemos ver. Por esta razón los científicos piensan que hay grandes cantidades de “materia oscura”.
La materia oscura es invisible para los telescopios, y sólo se detecta su presencia por el efecto gravitatorio que ejerce sobre los haces de luz que pasan.
¿Por qué hay objetos irregulares en el universo?
Los objetos más pequeños del espacio se salvan del poder abrumador de la gravedad, y por eso vemos asteroides que parecen trozos de escombros. ¿Por qué estos cuerpos tienen la forma que tienen? Su forma se debe a una simple fuerza electrostática de cohesión.
La misma fuerza se produce cuando se empujan con las manos millones y millones de granos de arena para construir castillos en la playa. La cohesión es lo suficientemente fuerte hasta que llega una fuerza mayor, como una gran ola, y la supera.
El telescopio espacial Hubble nos ha proporcionado imágenes de diferentes formas en el espacio. Por ejemplo, consideremos las formas de las nebulosas, esas nubes arremolinadas de gas y polvo en las que empiezan a brillar las estrellas recién nacidas.
En estos casos, la gravedad compite con la presión de la luz. Lo que da a estas hermosas nubes su forma es el empuje de la intensa luz emitida por las estrellas en su infancia.
Sin embargo, si las nebulosas son lo suficientemente densas (como en el disco que rodea a una estrella en formación) y alguna perturbación hace que estas partículas de gas y polvo formen zonas con mayor densidad, la gravedad empieza a jugar de nuevo su papel.
Se formarán trozos cada vez más grandes que acaban alcanzando el tamaño de planetas. Si llegan a ser lo suficientemente grandes, su campo gravitatorio se vuelve más importante, lo que favorece la inevitable forma familiar.
Por tanto, en general, la forma de la mayoría de los objetos grandes que existen, han existido y existirán será aproximadamente una esfera.